Concluse a Sevilla le celebrazioni per P. Tejero

Pubblichiamo l’articolo che il quotidiano ABC ha dedicato, nel centenario della morte, all’oratoriano P. Francisco García Tejero, fondatore in Sevilla (Spagna) di due Congregazioni religiose per l’assistenza ai più poveri.

Sevilla – Centenario de su muerte
Francisco García Tejero, fundador
de dos congregaciones religiosas sevillanas

El 8 de diciembre de 1909, festividad de la Inmaculada, murió en el Oratorio de Sevilla el padre Francisco García Tejero, a la edad de 84 años. Fue fundador de dos congregaciones religiosas femeninas, actualmente extendidas no sólo por España sino también por otras partes del mundo. Me refiero a las Filipenses Hijas de María Dolorosa, que tienen su sede central en la calle Hiniesta, y a las Misioneras de la Doctrina Cristiana, que tienen un colegio en el barrio de Heliópolis, en la calle que lleva el nombre de su fundador.
Me sorprende que la figura del padre Tejero sea poco conocida, por no decir de poca relevancia, en Sevilla. Tiene una calle con su nombre, pero si preguntas a un taxista, por ejemplo, o a un vecino de su calle, quién es ese señor, tal vez te responda que sea un padre claretiano, por eso de tener los claretianos colegio en esa calle.

La sorpresa es mayor si os confieso que ni siquiera está introducida su causa de beatificación. ¿Cómo es posible, habrá que preguntarse, habiendo fundado dos congregaciones femeninas? En Roma saben que no hay congregación femenina que se precie que no haya impulsado a su fundador hacia los altares. Pues el pobre padre Tejero ni siquiera goza de una biografía que dé a conocer su genio y figura a la gente. Su primera «biografía», entre comillas, inserta en otra biografía, la escribí yo en el libro titulado Dolores Márquez, sevillana del XIX, en el que relato las peripecias de la fundadora y de la fundación de las Filipenses junto con el padre Tejero, lo que en un principio, allá por el año 1859, se llamó «Casa de Arrepentidas». La madre Dolores Márquez ha tenido mejor suerte: ya es venerable por la Iglesia y se halla a la espera de un milagro reconocido que la aúpe a los altares con los loores de beata.

Creo que merece reseñar brevemente las andanzas de este soriano, nacido en Garray, a la vera de Numancia, y venido a Fuentes de Andalucía a la edad de nueve años, acogido en la casa de unos tíos suyos para ayudarles en la tienda que regentaban.

En Fuentes le llamaban Francisquito el Bueno y el cura del pueblo, que veía en él atisbos de vocación, le enseñó los latines. Vino a Sevilla y estudió en la Universidad, ayudándose con trabajos extras. Ordenado de sacerdote, entró en el Oratorio el 1 de mayo de 1852, junto con Cayetano Fernández, el de las «Fábulas ascéticas», escritas para su pupilo el príncipe Alfonso, futuro Alfonso XII.

En el Bienio Progresista (1854-1856), echaron a los filipenses a la calle y se incautaron del Oratorio, que daba a la calle doña María Coronel, convertido en cuartel. Tejero, cura joven e inquieto, se acogió a la parroquia de San Roque donde los domingos explicaba la doctrina a los niños. Como la peste asolaba Sevilla y se llevó aquel verano más de cuatro mil víctimas, Tejero se coló por los corrales de la feligresía, donde la epidemia zurraba con más fuerza, y de aquel caminar de corral en corral se le abrieron los ojos a un submundo sevillano desconocido para él. Formó lo que llamó Congregaciones Catequistas con fieles de su confesionario del Oratorio. Cada catequista debía tener cuando menos dos corrales a su cargo, visitándolos alternativamente y procurando formar pequeños grupos para la enseñanza del catecismo. El catequista, con los hombres; la catequista, con las mujeres. Cuando llegaba la ocasión, el padre Tejero, en medio del patio, lanzaba su prédica para todos los vecinos. Aquella tarde, el corral era una fiesta. Treinta y un corrales visitaban por este tiempo, según una lista del padre Tejero, con su distribución por calles y números. La mayoría de ellos ya han desaparecido. Ofrecen nombres muy curiosos, por ejemplo: Corral de la Concepción, del Dulce, de los Carros, del Ahorcado, de la Estrella, de la Morera, del Cura, del Indiano, de Cartuja, del Corujo, de las Cañas, del Cabañil, de Marillanos, del Agua, del Horno Quemado, de la Caridad, del Bucareli, de Mallen, de San Agustín, de Cadenas, de la Cence¬rra, del Horno Santa Bárbara, etc…

Al padre Tejero le quedó el mote de «Cura de los Corrales».
Estas Congregaciones Catequistas duraron hasta la revolución del 68. Pero antes, en 1859, Tejero visitó el Hospial de la Sangre o de las Cinco Llagas donde se había montado una Doctrina en la sala de Santa María Magdalena, es decir, donde se hallaban las mujeres de la vida.

Y surgió su idea de la «Casa de Arrepentidas», que derivó en una congregación religiosa con madre Dolores Márquez, de fundadora.

Y años después, en 1878, tras la restauración de la monarquía de Alfonso XII, dio forma a sus desfallecidas Congregaciones Catequistas y, con Mercedes Trullás de fundadora, lo convirtió en instituto religioso con el nombre de Hermanas de la Doctrina Cristiana, cambiado después por exigencias de Roma en Misioneras de la Doctrina Cristiana.

Tejero fue un hombre de carácter numantino, como la tierra que lo vio nacer, austero y con espíritu de sacrificio. Dentro de esa piel castellana recia y seca, había un hombre apostólico. Sobresalió en la predicación y en la dirección espiritual. 
Madre Dolores se hallaba en Madrid en 1867 en busca de subvenciones en la Corte para su Casa de Arrepentidas. Y en carta a una religiosa de Sevilla le dice, refiriéndose al padre Tejero: — Yo digo que se le ha puesto en la cabeza ser santo y se sale con ello. Dios quiera que yo no me quede atrás aunque todavía no he empezado.

Madre Dolores no sólo no ha empezado sino que está a punto de llegar. Hace falta que sus hijas, y la ciudad de Sevilla, por qué no, den también su empujón hacia los altares a este padre filipense que hace cien años nos dejó. Amortajado fue con un Catecismo en el pecho, símbolo de lo que significó su apostolado.

Carlos Ros

Concerto della Ven. Cappella Giulia

Il Procuratore Generale presiede in S. Maria in Vallicella la preghiera con cui inizia e si conclude il Concerto della Ven. Cappella Giulia della Papale Basilica di S. Pietro in Vaticano, la quale ha scelto per questa manifestazione la “Chiesa Nuova” in ricordo del legame che i “Cantori Pontifici” sempre ebbero con l’Oratorio. Sono presenti alcuni Em.mi Cardinali, Ecc.mi Vescovi e numerosi Prelati della Segreteria di Stato di Sua Santità e della Curia Romana, insieme a molti esponenti del Corpo Diplomatico accreditato presso la Santa Sede.

Presentazione Atti del Convegno 2007 su Baronio

Il Convegno Internazionale di studi promosso in occasione del IV centenario della morte del card. Cesare Baronio dal Centro di Studi Sorani con il patrocinio o contributo di vari Enti, tra cui la Confederazione dell’Oratorio di San Filippo Neri, vede oggi nella sala del Palazzo municipale di Sora la pubblicazione dei suoi Atti – Baronio e le sue fonti – secondo il programma che riportiamo:

Presentazione del volume

BARONIO E LE SUE FONTI
ATTI DEL CONVEGNO INTERNAZIONALE DI STUDI
SORA 10-13 OTTOBRE 2007
a cura di Luigi Gulia

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50.mo di Ordinazione Sacerdotale del Rev.mo P. Antonio Rios Chávez, C.O.

Il Procuratore Generale partecipa alla S. Messa celebrata nel 50.mo di Ordinazione presbiterale da P. Antonio Ríos Chávez, Delegato della Sede Apostolica per la Confederazione dell’Oratorio nei due sessenni 1994-2000 e 2000-2006. 

Una foltissima schiera di fedeli e di amici ha accompagnato P. Ríos nella celebrazione e nella festa che è seguita nello splendido scenario della Ex-Hacienda de S. Pablo de Enmedio. Numerosi anche i confratelli che hanno partecipato alla celebrazione: oltre ai Padri di México-La Profesa, con il Preposito P. Luis Martin Cano che ha letto una bellissima pagina scritta da P. Ríos per l’occasione, ricordiamo la presenza di S. E. R. mons. Antonio Ortega Franco, C.O., Vescovo Ausiliare di Città del Messico, che ha tenuto una fervida omelia ricordando l’amicizia e la filiale devozione che lo lega al festeggiato; i Prepositi di Roma, di Pharr (USA), di Tlanepantla, di México-N. Sra. de la Paz. 

10.mo anniversario di P. Antonio Cistellini

Il Procuratore Generale, assente per l’impegno a Città del Messico, è rappresentato alla commemorazione di P. Antonio Cistellini, nel 10.mo anniversario della morte, da Fr. Alberto Bianco, C.O., segretario della Procura Generale, che legge il messaggio indirizzato al Preposito dell’Oratorio di Firenze. Alle ore 17, un concerto d’organo del M° Olimpio Medori apre l’atto commemorativo a cui segue l’intervento di don Enrico Bini, Direttore della Biblioteca Roncioniana di Prato – già membro del Consiglio di redazione di “Memorie Oratoriane” ed ora di “Annales Oratorii” – e la celebrazione della S. Messa presieduta da mons. Giancarlo Corti, Preposto del Capitolo della Cattedrale di S. Maria del Fiore.

Riportiamo la lettera del Procuratore Generale:

Al M. R. Padre Preposito
P. Rosario Landrini, C.O.
FIRENZE

Molto Reverendo e carissimo P. Preposito, 
cari Confratelli,

la mia presenza a Città del Messico, per la celebrazione del 50.mo di Ordinazione sacerdotale di P. Antonio Rios, a cui non ho voluto far mancare, attraverso la mia partecipazione, quella della intera Confederazione Oratoriana per esprimere il ringraziamento della nostra Famiglia a chi per dodici anni ha svolto l’impegnativo incarico di Delegato della Sede Apostolica per l’Oratorio, mi impedisce di essere a Firenze in occasione della commemorazione di P. Antonio Cistellini, a dieci anni dalla sua dipartita. 

Vi assicuro che sarei stato con voi oggi a ricordare un confratello a cui – anche umanamente –continuo ad essere molto legato; un confratello, inoltre, che merita altamente il nostro ricordo anche per il lungo, solerte impegno dedicato alla ricerca ed allo studio della storia oratoriana, e per l’importante servizio reso, in questo modo, alle nostre Congregazioni.

Desidero rinnovare le espressioni di riconoscenza per la persona e per l’opera di P. Antonio Cistellini, che ebbi occasione di rivolgergli in occasione del 70.mo di sacerdozio e, in relazione alle quali, conservo come prezioso ricordo la risposta che – a pochi mesi dalla sua morte – egli mi scrisse con la consapevolezza di essere ormai sulla soglia dell’eternità.

Ringrazio, a nome della Confederazione, l’Oratorio di Firenze per aver voluto questa commemorazione; e saluto, insieme a voi, tutti i presenti: in particolare il Rev. Don Enrico Bini, a cui chiedo il favore di consentire la pubblicazione del suo intervento sul prossimo numero di “Annales Oratorii”.

Con i più vivi sentimenti di fraterna comunione

aff.mo in Corde Christi et P. N. Philippi

Edoardo Aldo Cerrato, C.O.
Procuratore Generale

Inaugurazione anno dell’Oratorio Secolare

Il Procuratore Generale presiede l’incontro che dà inizio al cammino annuale dell’Oratorio Secolare di Roma. Alla presenza di Sua Eminenza Rev.ma il Card. Giovanni Coppa, del Rev.mo Mons. Karel Kasteel, Segretario del Pontificio Consiglio “Cor Unum”, di numerosi Prelati della Curia Romana, di sacerdoti e laici che gremiscono la Chiesa Nuova, l’Accademia Musicale S. Pietro esegue brani di Handel, Telemann, Vivaldi, Torelli, che accompagnano la lettura di testi del S. Curato d’Ars, “l’umile prete – ha detto il Procuratore Generale – che ha permesso a Dio di fare della sua vita una meravigliosa sinfonia della Grazia, e al quale guardiamo, in modo particolare, in questo tempo di Grazia che è l’Anno Sacerdotale donato alla Chiesa dal Santo Padre Benedetto XVI. Rivivremo questa sera l’esperienza dei fedeli di Ars, i quali, affascinati dalla semplicità evangelica con cui il loro Curato li introduceva all’incontro con Cristo, ritrovarono la strada della fede che la scristianizzazione diffusa faceva vedere, in quell’epoca, come una realtà ormai al tramonto”.